Hourselatina - Limpieza e higiene

Limpieza e higiene

En la vida no se pierde una hora que se pasa junto al caballo....

La higiene es uno de los aspectos fundamentales en el cuidado del caballo. Es muy importante mantener unas atenciones esenciales tanto con él, como con su lugar de descanso, ya que de una correcta limpieza depende que no contraiga determinadas enfermedades.

    Las preguntas que surgen a la hora de aserlo son numerosas. ¿Cuál es la frecuencia adecuada para bañarlo? ¿Es necesario cepillar la dentadura tras cada ingesta de alimentos? ¿Que zoná precisa más atención?.

   Sin duda, es preciso ser riguso con el aseo del caballo. El equipo de limpieza ha de ser de uso exclusivo de cada cabllo para evitar la transmisión de enfermedades que alguno pudiese padecer. Además, estos útiles deben ser limpiados tras cada uso.

A los caballos suele gustarle el momento de la ducha. Convienehacerlo siempre es un lugar soleado y bien aireado para facilitar su posterior secado.

Aunque el caballo es un animal resistente, resulta básico brindarle unos cuidados esenciales. Estos se fundamentan en tres puntos clave:

*Su alojamiento ha de permanecer limpio, ventilado y por supuesto, ha de ser cómodo y seguro.

   *Se ha de asear a diario para retirar el polvo y la suciedad de su cuerpo y bañarlo de forma habitual.

*Los cascos merecen especial dedicación. Si están decuidados, el caballo no se podrá mantaner en pie. Un buen herraje evitará problemas.

! Al agua ¡

La frecuancia de la ducha viene determinada por el tipo de esfuerzo que realice. Si ha trabajado de forma intensa y suda en abundancia, lo primero es relajarlo para que sus constantes se normalicen -una buena manera de lograrlo es hacer que camine-. En el caso de que no realice un ejercicio que haga necesario el baño diario, lo más aconsejabla es mantaner una frecuencia semanal, sin olvidar que el cepillado ha de ser diario.

Y aunque la ducha es una de las actividades que les resultan más placenteras, ya que les deja relajados y los prepara para el descanso, no es bueno abusar de ella. El cuerpo del caballo está recubierto de unos aceites que lo protegen, y éstos se eliminan con el agua.

También hay que prestar atención al clima. Si hace frío hay que evitar ducharlos. Durante los días de invierno se puede hacer una limpieza de las zonas más sucias con ayuda de una esponja y champú para la cola y la crin, evitando mojar a todo el animal.

Para duchar al caballo ha de escogerse un lugar adecuado, con un registro cercano para que el agua corra y no se quede estancada. Si es posible, escoger un lugar soleado, en vez de con sombras, y las horas del día más moderadas en verano y cálidas en invierno.

   El primer paso es mojarlo muy bien y aplicarle un champú especial para caballos. En caso de emergencia, puede utilizarse un champú de pH neutro, para que no la irrite la piel. Con suaves movimientos circulares se recorre el cuerpo, así se genera espuma al tiempo que se le limpia el pelo y se le masajea.

La cara se limpia con una esponja ligeramente humedecida en agua tibia y bien escurrida. Es importante que el agua no le entre en las orejas, porque le resulta muy molesto y puede ponerse nervioso.

Es importante esjuangarlo con agua limpia y abundante para eliminar cualquier resto de espuma. Para quitar el exceso de agua y acelerar el secado, se pasa la escrepa por todo su cuerpo. Una vez seco, cepillar con suavidad, siguiendo siempre la dirección del pelo.

La crin y la cola requieren una atención especial. tras lavarlas con champú y aclarar bien de espuma, hay que peinarlas con el peine metálico. Si hay enredos, tratar de eliminarlos, sin utilizar las tijeras.

Como la ducha le ralaja, al finalizar el aseo es conveniente llevarlo a su caballeriza para que descanse.

El aseo del caballo ha de completarse con el de su hábitat. La cuadra donde descansa debe mantener unas condiciones higiénicas básicas, estando bien ventilada, protegida del frío y del calor; de esta forma se evitarán enfermedades, principalmente digestivas y respiratorias. Además, debe disponer de espacio suficiente para que pueda descansar y sentirse cómodo.

Pasos para un correcto cepillado

El cepillado constituye el aseo diariodel caballo. Saltan a la vista las numerosasventajas del masaje que recibe uncaballo durante el mismo. Vitalidad, pelo brillante, buena circulación..... Cuando falta o se descuida su práctica, aparece la comezón y el equino muestra un aspecto descuidado.

Se comienza con la rasqueta de goma para retirar la suciedad más evidente. Se realiza con movimientos circulares, desde el cuello hasta la cola, excepto las extremidades. Así se levanta el pelo, se retira el polvo y los pelos muertos, y se comienza un masaje que reactiva su circulación.

A continuación, se le pasa la bruza en la misma dirreción del pelo. Con ella, también se retira el polvo y suciedad adheridas.

Para la cara se usa un cepillo similar a la bruza, pero de cerdas más suaves.

Después se limpian la crin y la cola. Primero se vuelve a usar la bruza para retirar virutas, paja y otros elementos que quedan engachados. Después, con la rasqueta de goma especial para estas zonas, se desenreda el pelo. Y por último, se peina con cuidado, especialmente en aquellas razas de poco pelo o pelo quebradizo.

Para finalizar, se limpian los ojos y los ollares con una esponja. Por supuesto, se deben usar esponjas diferentes para cada zona y nunca mezclarlas.

Útiles de aseo

Peinar, cepillar, masajear.... Cada fase de la higiene del caballo requiere un útil específico. Los elementos básicos que deben estar en el equipo de aseo del caballo son los siguientes:

*Trenza de paja o almohadilla de masaje: Idónea para darle un masaje al caballo. Al mismo tiempo que lo recibe, se elimina el polvo, el pelo muerto que suele quedarse pegado al cuerpo y cualquier otro tipo de suciedad.

*Trapo de cactus: Es un trozo de tela de saco, de maguey o yute, que permite retirar la suciedad tras el cepillado. Es conveniente pasarlo también por el vientre, el abdomen y las patas.

*Cepillo de raíces: Este cepillo ha de pasarse por todo el cuerpo, así se puede eliminar el polvo y los restos de estiércol. Hay que tener especial cuidado con los caballos esquilados o de piel sensible.

*Escurridor: Permite eliminar el exceso de agua tras el baño. Puede ser de plástico o de un metal flexible. También puede aplicarse si el caballo ha realizado un esfuerzo y suda de forma abundante.

*Esponja: Debe usarse siempre bien limpia y escurrida. Humedecida en agua tibia se utiliza para limpiar la cara del caballo. Es conveniente disponer de una esponja diferente para cada zona determinada.

*Limpiacascos o escarbacascos: Retira el estiércol y el barro de los cascos.

*Trapo: Se debe pasar por todo el cuerpo del caballo, incluidas las zonas sensibles como vientre, patas, cara...Ayuda a que el pelo se pegue mucho más al cuerpo y tenga un aspecto brillante. Puede utilizarse en seco o un poco humedecida.

    *Peine para cría: Para desenredar la crin y la cola. Es metálico y no quiebra el pelo.

Los cascos

Los cascos requieren una atención especial porque son una zona propensa a las infecciones y en caso de padecer algún problema, posiblemente el caballo no podría sostenerse en pie. La limpieza diaria se vuelve fundamental en los cuatro cascos, en especial después de realizar algún ejercicio. Para ello se usa el escarbacascos.

Se debe hacer con cuidado para no herirlo y, por supuesto, para no salir lastimados. Se levanta la pata y con esta herramienta se retira la suciedad, siempre comenzando desde el talón. Es muy posible que haya que limpiarlos varias veces al día. Para finalizar, se les debe aplicar una grasa especial para cascos que evita que se resequen y previene las grietas.

Otras atenciones

El esquilado. En el caso de un caballo destinado al trabajo diario, para evitar que sude demasiado y acumule suciedad, se suele recomendar equilarlo. No obstante, como se priva al caballo de su protección natural, cuando descanse habrá que taparlo con una manta.

Los cuidados dentales. La boca es una de las partes importantes de la montura, pues sujeta con ella las bridas. No obstante, el caballo no requiere que se le cepille la dentadura cada vez que come ni con una frecuencia determinada. Basta que el veterinario le realice una inspeción periódica cada seis meses para limar los odontofitos que se acostumbran a formar.